Los tejidos blandos, esto es, fibras, grasa y músculos, constituyen más del cincuenta por ciento de la masa total del cuerpo humano. A pesar de la importancia de estos tejidos para el sistema musculoesquelético, seguimos desconociendo gran parte de las patologías que los afectan. Las imágenes por resonancia magnética (RM) han mejorado y resuelto muchas de las dificultades de diagnóstico de los trastornos articulares internos. De todas formas, el diagnóstico de lesiones crónicas, lesiones relacionadas con el trabajo, inflamaciones e infecciones de los tejidos blandos no ha cambiado significativamente durante el auge de la RM. El ultrasonido es una gran promesa en este campo, aunque algunas variantes deben seguir explorándose.

La ecografía muestra la anatomía musculesquelética desde una nueva y única perspectiva, analizando el tejido fibrilar de la columna vertebral como una estructura de colágeno. Podemos entender esta matriz como un microesqueleto de músculos, tendones, ligamentos y nervios. La reflexión del sonido en este esqueleto forma una estrucfura que es imperceptible con otras técnicas de imagen. Cualquier lesión que dañe este cuerpo aparece de manera clara tras un examen ecográfico.

La mejor comprensión de los principios de la ecografia musculoesquelética ha conducido a la utilización de imágenes anisotrópicas (por ejemplo, reconstrucción de la imagen usando las características anisotrópicas del colágeno en los tejidos conectivos). Además, la anatomía musculoesquelética es peculiar por su capacidad de formar líquidos a través de la membrana sinovial. El ultrasonido muestra este líquido gracias a su uniformidad en la impedancia acústica, y lo hace con gran sensitividad y especificidad, demostrando así su eficiencia en el diagnóstico de enfermedades osteoarticulares. Las características de las imágenes anisotrópicas del mesodermo y la impedancia acústica única del líquido representan los principios fisicos en los que se basa el éxito de la ecografia musculoesquelética.

Basándonos en la estrecha relación entre la capacidad diagnóstica de la ecografia y la demostración de la arquitectura interna del tejido, hemos organizado este texto de acuerdo con el tipo de tejido (histología) y con las características inherentes a su localización (anatomía topográfica), enfatizando el uso de imágenes Doppler color y power Doppler color. Los diversos tratamientos de los mecanismos de la enfermedad han sido agrupados en el capítulo 7. El capítulo 14, sobre ecografia musculoesquelética intervencionista, cubre una asignatura que representa la punta de lanza de los conocimientos sobre este tema los procedimientos invasivos bajo guía ecográfica. En esta segunda edición hemos ampliado la información relativa a la anatomía ecográfica, indicaciones para exploraciones musculoesqueléticas e información de las patologías y síntomas ecográficos de la enfermedad.


Marnix T. van Holsbeeck, M.D.
Joseph H. Introcaso.